Columna de Marysol Díaz, militante de Fuerza Común
«Es de importancia vital […] que la revolución anti-neoliberal innove jurídicamente y evite la indemnización expropiatoria en su planificación económica. Es la única forma de no quebrar las arcas fiscales y que esos recursos se destinen al incentivo de la inversión sobre esas mismas empresas expropiadas. La vida humana, al igual que la protección del ecosistema, no pueden pesar menos jurídicamente que el derecho de propiedad. La visión neoliberal extrema que hoy determina nuestro acceso a los recursos hídricos constituye una fuente inagotable de delitos contra la humanidad y es nuestro deber desmontar ahora su inclinación criminal».